martes, 31 de marzo de 2009

UNA LUZ DE LA REALIDA, ENVESTIDA POR “LA TARDE” DE JOSÉ MARÍA VARGAS VILA

Los libros son el ayer, hoy y futuro de toda persona curiosa por la realidad.

Daniel.

Desde tiempos inmemorables los libros han sido parte del diario vivir de toda la cultura, ya que han sido la base para la evolución intelectual a través de la historia; es por ello que los libros tienen un alto grado de conversión social que muy pocos lo distinguen, además los libros juegan un papel indispensable al conservar los recuerdos y acciones de eventos pasados; no obstante con el paso del tiempo la afectividad para los libros se ha perdido, remplazados por la internet, la publicidad y en muchos de los casos por el celular. Por tal razón el objetivo de este texto es desarrollar un paralelo entre la vivencia de los libros hoy con un cuento de José Vargas Vila.

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, se hace referencia a un cuento del famoso escritor Colombiano José María Vargas Vila llamado LA TARDE, tomado de una recopilación de cuentos de este autor; en este se narra la vida de una niña que por la muerte de sus padres es llevada a una ciudad de clima frio donde una viejas tías por parte de su padre la cuidaran a lo largo de su vida, pasan lo años y la joven niña es adiestrada en un contexto religioso donde pone en juego su capacidad imaginativa al tratar lecturas entorno a la biblia y otros textos de este carácter.

Pasan los años y la joven ya es adulta, mueren sus tías y al sentirse sola en esta enorme morada decide viajar a un pueblo de clima cálido donde viven unas primas, allí se da cuenta que su vida enmarcada en los libros religiosos es solo una fantasía y que lo bueno de la vida se le pasaba por las manos; en fin con el transcurso de los eventos la mujer empezó a relacionarse con un primo llamado Luis que estaba de viaje, el honorable caballero, al ver la rozagante belleza de la mujer comenzó el rito del cortejo; con palabras dulces, suaves y exóticas hizo comprender a la mujer el desconocido mundo que tiene el amor, la lujuria y la pasión.

Después de un tiempo el ilustre caballero se marcha dejando una marca de tristeza y melancolía pero también una luz fulgurante en la mete nueva de la bella mujer; ella al sentir una decepción total decide regresar a la ciudad y reivindicarse con su pensamiento religioso empapado por la nobleza y las leyendas de los santos nombrados en la biblia. Después del arrepentimiento la mujer enferma y es recluida en el hospital, su situación es grave y unos pocos feligreses acompañados de un sacerdote oran por su salud sin mayor trascendencia, la convaleciente mujer no quiere saber nada que le recuerde su vivencia religiosa pero al final se aferra a una figurilla de San Luis y muere abrazada a su ideal.

Teniendo en cuenta este corto resumen del relato, es importante mencionar la caracterización que tiene la niña cuando es recluida con sus tías para iniciar sus estudios enmarcados en la religión; cabe destacar aquí la influencia que tienen los libros en el imaginario de la niña ya que al transcurrir la narración es evidente las apreciaciones, perspectivas y ensoñaciones vivías por la niña al contemplar esta multiplicidad de lecturas, para comprender un poco esta parte se remite esta cita:

-“bien pronto un nuevo mundo un nuevo mundo surgió de sus ensueños; no conocía más que el país ilimitado de la leyenda; todas sus excursiones campestres, fueron por las páginas de la biblia, en los arenales de Palestina, allá a orillas de Mar Asfaltite, en pos de las hordas vagabundas de los judíos; inocentemente acompañó a estas tribus barbarás”[1]-

Según esta parte se puede afirmar la sutileza del poder que tienen los libros al transportar al lector a una época, un lugar y a unas vivencias especificas proporcionadas a lo largo de las lecturas, dejando a un lado el mundo real; sea cual sea la situación es conveniente analizar lo contextos para afirmar si es bueno o no la apropiación de las lecturas en un ambiente académico, deleite o estrictamente de acuartelamiento.

En relación a lo anterior podemos tomar la siguiente cita donde se puede analizar un poco más a profundidad la relación que tiene el libro y el lector.

-”pero su inocente admiración se concentraba especialmente en esos héroes, hoscos y selváticos, que huían del mundo y se refugiaban en la soledad, en esas vírgenes a quien San Cipriano llamaba “las flores de la semilla eclesiástica”, que huían con ellos del contacto del mundo.”[2]-

En la cita anterior existe una palabra indiscutible para la comparación “soledad” según el diccionario la soledad es la carencia voluntaria o involuntaria de compañía, esta definición se queda corta en comparación a la perspectiva desde Jorge Larrosa en su libro la experiencia de la lectura y más específicamente en su capitulo de La defensa de la soledad, es importante remitir a un corta sita donde especifica la soledad un contexto lector.

-“El que se retira a leer, se dice entonces, lo hace porque tiene que defender su soledad y, para defenderla, para justificarla, tiene que mostrar por qué la necesita, “lo que en ella y únicamente en ella encuentra”. Pero no sólo que la lectura se de en la soledad, como si la soledad estuviera antes y nos pusiéramos a leer para llenarla, sino que la lectura nos da una modalidad singular de la experiencia de la soledad. Por eso la iniciación a la lectura es una iniciación a una determinado tipo de soledad, y a los dones de esa soledad”[3].-

Con el anterior apartado se crea un punto de discusión consecuente a la soledad vivida por la niña en su época de formación y la soledad inherente al momento de la lectura especificada por Larrosa; entonces como se puede catalogar la soledad y hasta que punto puede llegar esta a ser enfermiza para la persona lectora, si tenemos en cuenta la narración que al final muere la mujer por estar sola, entonces donde quedan los libros si la soledad se entre cruza entre lo real y lo ficticio. Desde un punto de vista más objetivo esta discusión puede caer en una ambigüedad ya que no se especifica ni se profundiza el carácter de la soledad tanto en la realidad como en un mundo ficcional; entonces es mejor dejarlo tal cual como esta solo en la vivencia experimentada desde la lectura en la formación de la niña.

Otro punto en cuestión es el choque que tiene la joven ya adulta con las concepciones religiosas y su apreciación del mundo real especificada en la siguiente cita:

-”sus libros de leyenda no hablaban de santos que miraran así, ni dijeran cosas tan dulces; ¡además, era tan semejante al San Luis, aquel de la iglesia cercana que había hecho el encanto de su niñez, y los éxtasis de su juventud!, el mismo rostro fresco y juvenil, los mismos ojos tristes, la misma sombra de la barba naciente, los mismos cabellos cayéndole en bucles sobre la frente.”-[4]

Con base en lo anterior se refleja la crisis expuesta en la Joven intrínseca desde sus múltiples lecturas, su vivencia de niña y las apreciaciones de su realidad; esto da como punto crucial que la vida y mas específicamente la realidad es solo una y que al tratar de compararla o entenderla con textos enmarcados desde una sola concepción se quedan cortos al tratar la realidad, es decir como los textos religiosos no comprenden a cabalidad la existencia del ser humano con sus defectos y virtudes, la joven por consiguiente no alcanza a percibir la realidad experimentada en ese momento, dando como consecuencia unos inconvenientes inexplicables desde sus concepciones y la propia experiencia.


En fin para concluir es indispensable resaltar la importancia de los libros en los ambientes formales e informales para la creación de constructos indispensables para la vida, se recuerda bien que para entender la sociedad hay que leer sobre ella y para entenderse así mismo hay que leer… es entonces destacar la selección de lecturas convenientes para nuestros fines y objetivos sin dejar pasar por alto la importancia formadora que tienen estos en nuestro diario vivir, es por ello que el ejemplo propuesto desde la narración de Vargas Vila es valedero si se propone como ejemplo para asumir la lectura como un elemento responsable de nuestra percepción de la realidad.



[1] Vargas Vila José. Tarde. Pág: 233

[2] Ibim Pág: 233

[3] Larrosa Jorge. La experiencia de la lectura. La defensa de la soledad. Pág: 599

[4] Ibim Pág: 236

jueves, 29 de enero de 2009

La ilusión del azulejo.............

Cuando mamá cerró sus ojos
y dejó de apretar de mi mano,
en aquel instante, sentí que el azulejo en mi vida se había ido volando de mí para siempre,
Para nunca más volver...
Pero...
Cuando tomé la cálida mano de Al otra vez,
y vi su risa apacible una vez más,
pronto sentí que yo estaba dentro de los cielos azules,
y deslumbré el azulejo...
No tengo nada más que pueda esperar
Solamente deseo... Solamente deseo que nosotros siempre podamos estar así
Deseando que todo esto nunca desaparezca...
Sólo deseo que aquel azulejo...
... no será solamente otra ilusión inalcanzable.
Para ganar, algo de igual valor debe perderse
Esa es la primera ley de la alquimia de la equivalencia de intercambio
En aquel entonces, nosotros creíamos que esa era la verdad del mundo
Si uno no hace un sacrificio, nada puede lograrse....